Fran Perea

Buenas, amigos y amigas de este mundo…

Nos está tocando vivir una buena aventura, ¿verdad?

Yo estoy empezando a salir (metafóricamente hablando) de esta especie de aletargamiento en que me ha dejado la situación que nos ha invadido. Además, le sumo una semana más de aislamiento propio, pues a la vuelta de mi concierto en León, me pillaron por banda unas anginas que me tumbaron. Con lo que os llevo una semana de ventaja en esto de estar entre las cuatro paredes de casa.

Ahora estoy empezando a salir, como os cuento, del golpe recibido. Volviendo a tomar contacto con las redes y, por ende, con el mundo exterior, pero me he pasado unos días… ¿Cómo diría? Introspectivo, sí. Para dentro, vaya. Ya sabéis que yo soy muy de palabras… Pues bien, pareciera que en estos días necesitara dejar entrar estas palabras que, de pronto, nos rodean: coronavirus, cuarentena, aislamiento, Estado de Alarma, confinamiento, guerra, virus, resistiremos, EPIS, mascarillas, respiradores, hospital de campaña, aplausos…

Muchas palabras, no muchas nuevas, no, pero, francamente, sí que poco usadas en mi entorno. O, usadas de otra manera. Se han ido colando en nuestro día a día y a mí personalmente me ha costado un tiempo digerirlas… Parece que empiezan a formar parte ya de nuestra cotidianidad y aunque las asumo, no dejo de estar perplejo ante su uso y sobre todo, su realidad misma. Su protagonismo nos hace ser conscientes, cada día, de la fragilidad de lo que somos, de que no estamos solos, y también de que nuestros problemas son tan relativos y efímeros como la vida misma.

En esta vuelta a las redes, he visto que tenía miles de mensajes pidiéndome alguna canción, algún directo, alguna acción, algo para ayudar a llevar estos días de encierro… Os llamaba mucho la atención que no me hubiese sumado a alguna de las iniciativas que muchos de mis compañeros y compañeras de profesión habían puesto en marcha en estos días bajo el lema #QuédateEnCasa… Lo siento, pero os juro que no me nacía. Supongo que al tener una vida de exposición, todo el rato, el cuerpo me pedía lo contrario… Y he dejado hablar al cuerpo. Dejar que se fuese adaptando poco a poco a la nueva realidad. 

Tampoco he estado ajeno a todo el movimiento que se ha creado en torno a la cultura estos días. La Cultura es el refugio: libros, canciones, películas, visitas virtuales a museos, poesía, teatro en las redes… La Cultura, una vez más, viene a alimentarnos el alma cuando la necesitamos. La gente del sector que antes ha sufrido los ERTES, al pie del cañón para que no falte de nada a la audiencia. Muchos agradecimientos también por parte de la gente que disfruta de este material… Aunque el mayor agradecimiento será que llenéis (llenemos) las salas, los cines, los teatros, los museos, en cuanto todo esto acabe y venzamos a este enemigo… Y que se vacíen los hospitales.

Mucho ánimo con todo esto. Desde mi casa, os mando mi abrazo.

Nos veremos pronto.

Fran Perea

#CulturaEsRiqueza #QuédateEnCasa