Fran Perea

El #ApagónCultural ha generado una controversia enorme en estos días dentro de la profesión, entre colectivos del sector cultural y a nivel social... Es entendible: estamos inmersos en la mayor crisis sanitaria que hayamos vivido y la primera necesidad del Gobierno y de la sociedad es la salud y que nuestros profesionales sanitarios tengan las condiciones adecuadas para cuidarnos.

Pero la segunda necesidad es la economía. Así se ha demostrado desde el primer Consejo de Ministros de esta crisis, en la que se aprobaron los primeros reales decretos para paliar el terrible impacto económico que nuestro país empezaba a vislumbrar.

Desde este primero momento, los representantes del sector cultural agrupados en distintas asociaciones advirtieron de que la Cultura recibiría uno de los mayores mazazos. La cultura y el ocio han sido los primeros en cerrar (tras los centros educativos) y serán, casi con total seguridad, los últimos en abrir.

El especial régimen en el sector de las artes escénicas y las estructuras empresariales que tenemos, unido a que dependemos casi exclusivamente de que haya público hacen que muchos nos hayamos quedado fuera de las ayudas dispuestas por el Gobierno para todos los sectores en general. 

Tras casi un mes de confinamiento, por fin llegó el momento en el que el ministro de Cultura se reunía con los representantes del sector. Las declaraciones posteriores de nuestro interlocutor del Gobierno fueron un jarro de agua fría. Y, ¿qué hacer frente a unas declaraciones tan polémicas que nos emplazaban a buscar soluciones “cuando todo haya pasado”? No digo que todos los que trabajamos en la Cultura estemos fuera de las ayudas generales del Estado a los trabajadores y empresarios en general, pero muchos sí y muchas empresas peligran de muerte si no se empieza a planificar un rescate ya.

Quizá no eran los días para hacer una protesta, pues hay gente sufriendo y la gente necesita nuestro trabajo, nuestra creatividad, el contenido cultural para pasar estos días de forma más llevadera. Podría interpretarse como un acto de egoísmo por parte del sector. Evidentemente.

Yo no quería dejar pasar la oportunidad de dar mi punto de vista. Ya, ya: opiniones sobran. Lo que faltan son argumentos, así que ahí van los míos.

Yo me uní al parón cultural porque creo que quiénes dirigen la política cultural de nuestro país deben estar a la altura de sus cargos. Igual es una idea romántica, pero oye, es lo que pienso. Ellos hablan por nosotros en el Consejo de Ministros, frente a las instituciones europeas y deben tener la capacidad de, no solo trabajar por la dignificación de la misma, sino parecer que lo hacen. Es decir, si lanzas mensajes que nos sitúan en una posición de defensa, no nos ayudas en absoluto. Y ésa es la razón, para mí, del parón. 

Somos un sector al que es muy difícil unificar, tenemos una tasa de paro elevadísima (por encima del 80 % en condiciones normales, en épocas de pandemia imagino que estaremos cerca del 100%) y en algún momento hay que decir las cosas para hacerse escuchar. La mayor parte de nuestra profesión, y no me refiero a actores y músicos, que también, sino a toda la gente que trabaja en el sector cultural*, estamos muy acostumbrados a la incertidumbre, a trabajar con sueldos bajísimos, a que los regímenes laborales y de pago de impuestos no se adapten de ninguna de las maneras a la intermitencia habitual de nuestras contrataciones. Y parece ser que nos hemos acostumbrado a ello, y nos resulta difícil alzarnos con una sola voz para, de vez en cuando, lanzar una protesta. Como digo, igual no es el momento, pero... Ha sido ahora y motivos no nos faltan.

Me da rabia que el ministro, con sus declaraciones, como decía, nos haya situado en posición de lanzar este grito mudo, ahogado... Y me da rabia porque... Siempre estamos ahí. SIEMPRE. Los primeros en lanzarse a ofrecer contenido gratuito en las redes fuimos nosotros. Hemos abierto nuestras casas, hemos hecho canciones, conciertos, ofrecido nuestras obras de teatro, nuestras películas, nuestros cuadros, fotografías, libros, coreografías... Hemos sido los primeros en poner nuestra cara para sumarnos a campañas de recogida de fondos para la investigación, para la ayuda a los enfermos y sus familias, para recolectar material para sanitarios... Siempre hemos estado ahí. Con un compromiso profundo y altruista...

Lo único que pedimos es que nos mire con justicia, como a todos los sectores.

Y, por supuesto, lo que más queremos es que esto acabe, porque lo que estamos viviendo es terrible a todos los niveles y en lo particular, más allá de los temas de salud que ahora son lo principal, porque nuestro sector, como decía al comienzo, fue de los primeros en parar y será de los últimos en comenzar a trabajar de nuevo y volver a la normalidad.

En fin... Parece ser que la pataleta ha servido, pues ayer, Viernes Santo, el Gobierno nos dijo que iban a intentar incluirnos en el paquete de medidas generales, teniendo en cuenta la excepcionalidad de nuestras diferencias fiscales y demás...

A veces, una voz, aunque sea a destiempo, puede ayudar. Sea bienvenida. Por mi parte, siento mucho que nos haya cogido en esta situación. Mis disculpas vayan por delante.

Volvemos a la carga... #CulturaEsRiqueza para la economía de nuestro país y para el alma.

Fran Perea
#CulturaEsRiqueza #QuédateEnCasa

Para los más escépticos, dejo este vídeo que hicimos con Feelgood Teatro y que demuestra con datos la riqueza económica que genera una sola obra de teatro… Y éste otro donde desgrano alguno de los beneficios que la Cultura nos aporta...

Algunas cifras oficiales más extraídas de este artículo y del Anuario del Ministerio de Cultura:

  • La industria cultural emplea a unas 704.300 personas, un 3,5% del total de trabajadores, según los datos del tercer trimestre del año de la Encuesta de Población Activa (EPA).
  • El número de empresas recogidas en el Directorio Central de Empresas (DIRCE), operación estadística perteneciente al Plan Estadístico Nacional elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, cuya actividad económica principal es cultural ascendió a 122.673 a principios del 2018. Esta cifra supone el 3,7% del total de empresas recogidas en el DIRCE.
  • En 2017 (últimos datos disponibles), el sector de la Cultura representaba cerca del 2,4% del PIB de nuestro país, lo que se traduce en 27.728 millones de euros, según los datos del Ministerio de Cultura y Deporte.
  • Es un reclamo turístico: el 37,2% de los turistas internacionales que visitó España en 2018 llevó a cabo actividades relacionadas con la cultura.

*En las artes escénicas, por ejemplo, no solo trabajamos actores, también trabajan (uso genérico masculino en la mayoría pero estamos todos y todas) o dan trabajo a: dramaturgos, directores de escena, ayudantes de dirección, escenógrafos, diseñadores de iluminación, compositores, músicos, diseñadores de vestuario, productores, técnicos de sonido, maquilladoras, peluqueras, conductores de furgoneta para la escenografía, gerentes, acomodares, taquilleros, directores de teatro, hosteleros que nos albergan y nos dan de comer, hosteleros que se nutren de las cervezas post obra de teatro del público, periodistas de medios de comunicación y responsables de comunicación de las compañías, redes sociales en las que invertimos publicidad, medios de comunicación en los que invertimos publicidad… La lista continúa y es larga. Todos pagamos nuestros impuestos, por cierto.